Darkness in El Dorado Controversy - Archived Document


Internet Source: El Nacional, October 12, 2000
Source URL (Archive.org): http://www.el-nacional.com/archive/result.asp?file=/archivedata/2000/10/12/pc1s1.htm&rest=yanomami


No Hay Nada Que Celebrar el 12 de Octubre: Gobierno y Científicos Estadounidenses Deben Responder por Experimentos con Yanomami

Noelí Pocaterra

Ella es de la etnia wayúu, y como wayúu le hierven los poros cuando recuerda el día de hoy. Como presidenta de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional, promete desempolvar de nuevo el caso de Nuevas Tribus. Sabe que existen testigos de las pruebas efectuadas con los yanomami a fines de la década de los sesenta. Sentará a dialogar directamente con el presidente Chávez a los caciques que se oponen al tendido eléctrico Venezuela-Brasil. Pocaterra reclama a los "alijuna" (occidentales) más respeto y menos desconfianza

¿Y si hubiese sucedido al revés? ¿Y si no fuese la visión de las 3 carabelas que se orillaron cerca de la tierra, sino la un aborigen atónito ante el desembarco de unos tipos barbudos, enfermos tras varios meses de encierro, armados, vestidos y que olían a mil demonios? El ejercicio de sentarse en el lugar del otro no ha sido precisamente la constante de estos 508 años, en los cuales ha privado la perspectiva histórica y cultural de Occidente, pero quién quita que el primer indígena que observó a Cristóbal Colón, Rodrigo de Triana y al resto del grupo haya pensado ¿de dónde salieron esos señores tan raros y con toda esa tela encima con este calor?

Este 12 de octubre será especialmente malo para las etnias venezolanas. Noelí Pocaterra, presidenta de la Comisión Permanente de Pueblos Indígenas de la Asamblea Nacional, no lo oculta. Hace 2 semanas, se destapó un escándalo más en la extensa cronología de atropellos contra los yanomami: varios antropólogos de Estados Unidos, con el apoyo de su Gobierno (finales de la década del 60), utilizaron a la población autóctona de Amazonas como Conejillo de Indias. La vacuna antisarampión Edmonston B, descontinuada por sus adversos efectos secundarios, fue aplicada y diezmó a quién sabe cuántas personas al desencadenar una epidemia. "Hay testigos de los experimentos. Son mayores, pero están vivos, son individuos en sus facultades, que vieron. ¿Qué mejor testimonio que eso?", pregunta, conmovida, Pocaterra.

-¿Qué se hará?

-Vamos a hablar con el presidente Chávez, en primer lugar. Hay un problema de soberanía del país, por donde se mire. No puede ser que la gente venga y haga lo que le dé la gana con los nacionales. Detrás de todos esos experimentos, ¿cuáles son las consecuencias para esa gente? ¿Se mueren? ¿Se enloquecen? ¿Aprenden otros vicios? Vamos a tomar medidas en la Asamblea Nacional, como visitar la zona una vez que hablemos con el Presidente, y acordar acciones urgentes que nos permitan tener la autoridad.

-¿Cómo cuáles?

-Como la Ley de Demarcación del Hábitat Indígena. Quizás por un pueblo por donde se debe empezar es por los yanomami. Eso hay que hacerlo con los yanomami.

-El caso Nuevas Tribus (misioneros estadounidenses instalados desde hace años en Amazonas, y criticados por sus prácticas) también es emblemático.

-Hay que sentarse a conversar con esos señores, hacer una investigación. Hay bastantes denuncias sobre Nuevas Tribus y sobre otras sectas de Corea, de Japón. Habría que ver qué están haciendo. ¿Están haciendo una obra caritativa, bondadosa, de apoyo? Bueno, hermanos, vamos a ver cómo trabajar juntos, pero que los propios nativos sepan. Vamos a hacer un inventario de la presencia de esos extraños. ¿Cuál es el afán de estar en esas tierras? ¿Es un deseo humanitario, o detrás hay otra cosa? -¿Se va a formular algún reclamo internacional por el genocidio de los yanomami?

-Claro que sí. Por parte de los pueblos indígenas de Venezuela tiene que haber un reclamo a la Asociación Americana de Antropología. Esas muertes que ocasionaron, ¿quién responde por eso a los yanomami? ¿El dolor de ver morir a sus familiares por una vacuna que no estaban pidiendo? El Gobierno norteamericano, los involucrados directamente, como Napoleón Chagnon y su gente, tendrán que dar respuesta sobre eso; Jacques Lizot (otro antropólogo) tendrá que responder, y todos los científicos que han hecho trabajos allí.

-¿Existe algún rechazo de ustedes, ahora, hacia la antropología?

-Así no es como la hemos entendido. El código de ética de ellos habla de respeto a los pueblos indígenas que son su objeto de estudio. ¿Al servicio de quién están? Esa imagen que ha dado Chagnon de que los yanomami son un pueblo feroz, ¿cuál es la idea de decir eso? ¿Para justificar qué cosa? ¿Cómo se puede señalar a un pueblo de esa manera, un pueblo que parece tan ingenuo? ¿Qué hizo Chagnon o esa expedición para despertar esa supuesta ferocidad? Todo hay que investigarlo, porque hay que tomar decisiones por parte del Gobierno, por parte de los propios pueblos indígenas. Hay que elevar la protesta internacional por un pueblo que ha sido fustigado por garimpeiros, por empresas madereras. Gente como los yanomami, enclavada en zonas mineras y forestales, necesita que se extremen los mecanismos de protección. Fíjate lo de Haximú: esas muertes, cómo los garimpeiros desvisceraron mujeres, niños. Como los hermanos yanomami están tan lejos, los que estamos en la ciudad debemos hablar por ellos.

-¿Celebrarán el 12 de octubre?

-Hubo una época en que nos enseñaron a celebrar; se despreciaba tanto al indígena, había tanta discriminación, que cualquier gesto amigable -como que nos daban una palmada o unas reses- nos contentaba. Nosotros caímos en esa trampa, pero eso se acabó. No hay nada que celebrar.

Agenda aborigen

Las cuentas de Noelí Pocaterra están, por primera vez, en azul y no en rojo. "Es histórica la creación de la comisión permanente en la Asamblea. Tenemos mucha esperanza en Chávez. No me atrevo a decir que en todo el gobierno; la tenemos en Chávez". Tres tareas (tres deudas con las etnias) heredó el Legislativo. Deudas jurídicas que saldarán, promete Pocaterra, antes del 24 de diciembre de este año.

1) La Ley de Demarcación del Hábitat Indígena. "Ya hay dos experiencias: la de los Yekuana, en el Alto Caura; y la de los Barí, en la Sierra de Perijá. Esa demarcación significa una protección, un control. Es decir, el Estado y los nativos que viven allí, que conocen bien la zona, la cuidarán. A un 'alijuna' (occidental, criollo) habría que pagarle muchos viáticos para que custodie, las instituciones gastarían mucha plata", defiende, con todo el ardor wayuu. "Con esa demarcación quedará definido de una vez cuáles son los sitios de pesca, los de caza; dónde están los ríos y los sitios sagrados, el pastoreo, dónde vive la gente. Eso le va a servir al Estado para orientar su política de parques".

-¿Cuándo estará lista la delimitación?

-La ley, como tal, en diciembre. Fui a la Gran Sabana para decir a los pueblos que tienen que ir pensando cuáles son los límites, cuál es la frontera de su hábitat; eso nos va a servir como referencia para el instrumento legal. Creemos que no habrá ningún problema; además, la demarcación está consagrada constitucionalmente. Esos temores de que vamos a dividir el Estado o vender el territorio son un mito. Nosotros somos bien nacionalistas; lo que pasa es que somos apegados a la tierra porque la amamos, porque los ancianos nos dicen "cuida esta tierra para el futuro". ¿Por qué tienen que asombrarse los planificadores 'alijuna' por esa concepción? 2) La Ley Aprobatoria del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. "Nosotros creemos que es imprescindible para blindar la protección. Ya no tiene por qué haber resistencia del país hacia esos derechos, porque están consagrados en la Constitución. Pero como la Ley Orgánica de Pueblos Indígenas se ratificará a fines del año 2001 o comienzos del año 2002, es urgente una ley que en este momento, además de la Carta Magna, resguarde verdaderamente a los pueblos indígenas".

3) La Ley Aprobatoria para el Convenio Constitutivo del Fondo Indígena. "Es un proyecto que en 1993 programaron los jefes de Estado iberoamericanos. Es una especie como de banco, con sede en Bolivia. A pesar de que fue suscrito en 1993, Venezuela no lo ha ratificado. Vamos a plantearlo, y no creo que haya ningún problema". Pocaterra no maneja cuánto dinero es, pero sí que se emplea para "dar asistencia técnica y financiamiento a las organizaciones y comunidades indígenas. Son proyectos de etnodesarrollo, que toman en cuenta la realidad sociocultural de los pueblos indígenas, y que se van a hacer de acuerdo con el pensamiento indígena: educación bilingüe, cultura, cosmovisión, combinación de la medicina indígena y la alopática".

Pasado oscuro

Si el libro que reveló las atrocidades de los ensayos con los yanomami se titula Oscuridad en El Dorado, la versión oficial venezolana -la política de los gobiernos hacia estas colectividades que se extinguían ante los ojos impávidos del poder- tampoco merece un nombre menos bochornoso.

-Los indígenas estuvimos en la Dirección de Cultos del Ministerio de Justicia. Fuimos entregados a los misioneros; hubo misioneros amigos, pero también hubo daños, se trataba de desconocer nuestras creencias. Después pasamos al Ministerio de Relaciones Interiores ¿Cuál era la concepción del Estado cuando nos metió allí? ¿Nos vería como gente peligrosa? Ahora estamos en el Ministerio de Educación; sabemos que el ministro tiene las mejores intenciones, pero también otras prioridades.

-¿Qué proponen?

-Alguien pensó que debía ser un Ministerio de Asuntos Indígenas. Otros piensan que debe ser un Instituto Indigenista, que pueda dedicarse exclusivamente a eso. En una época se proyectó un Consejo Nacional Indigenista. Nosotros creemos que debe estar en un alto nivel.

-¿Cuáles aspectos le preocupan especialmente?

-Los créditos, por ejemplo. No puede el indígena estar sujeto a los requisitos que se tienen para cualquier 'alijuna'. ¿Quién le va a servir de fiador, de apoyo? Fíjate la identificación: No todos los indígenas poseen cédula, porque nosotros somos una sociedad oral, y no se le daba importancia a lo escrito. Ahora estamos haciendo una campaña con nuestros hermanos para explicarles que la sociedad de los 'alijuna' es escrita; que para que uno exista se necesita un papel que se llama cédula de identidad, y que para morirse se necesita otro papelito que se llama acta de defunción.

-¿Todos los indígenas serán cedulados?

-Sí. Se trata de darles facilidades con jornadas, y evitar los gestores.

-¿Y el tema de la propiedad de las tierras?

-En un hábitat donde hay minerales, hay una amenaza por parte de los que entran. Los hermanos necesitan tierra para cultivar; entonces, hay que dotarlos y resolver el problema. Y la otra dificultad es que por los proyectos de desarrollo como Caño Mánamo (Delta Amacuro), los indígenas han debido migrar a la periferia, venirse a las ciudades. Eso es un drama de los hermanos warao. Nosotros creemos que, además de esa necesidad, también es gente inescrupulosa que los utiliza para que pidan dinero.

-Eso siempre se denuncia, pero nunca se encuentra al supuesto culpable.

-Bueno, ahora vamos a investigar. Llegó el momento, llegó la hora para los indios. La solución no es mandarlos de regreso en un autobús; eso será una solución temporal, máximo de 1 día o 1 semana, y volverán otra vez. Debemos ver en su misma tierra por qué han venido, y planear un etnodesarrollo adecuado. ¿Tierras? ¿Créditos? Están a pocas cuadras de La Casona (la residencia presidencial) en Caracas. Son mujeres bajitas, descalzas, con los pies agrietados por el asfalto. Son niños cosidos a ellas que se meten los deditos en la boca, y observan. Conversan en su idioma, trinchera de la que se fugan únicamente cuando piden una colaboración que depositan en la "alcancía" de un pote de leche vacío. Los automóviles suelen avanzar, indiferentes a su gesto de súplica. ¿Es que a nadie le duele? ¿Es que nadie los ve? Están a pocas cuadras de La Casona...

Iguales, pero diferentes

Su discurso es dulce. Noelí Pocaterra parece una abuela wayuu en el trance de explicar una lección muy difícil. Es bueno, opina, que Venezuela "reconozca las diferencias culturales. Nosotros somos iguales físicamente a todos los 'alijuna': no tenemos un solo ojo, ni una sola pierna, pero somos distintos culturalmente. Aún los indígenas que vivimos en los dos mundos, te confieso que tenemos cierta resistencia cultural que va muy adentro".

¿Somos diferentes? Obvio. Para algunas culturas autóctonas, el petróleo es "como la sangre de la tierra". Hurgar en los cementerios del pasado constituye un sacrilegio, por un razonamiento muy sencillo: "Si a los que están muertos no se les tiene el verdadero valor, ¿qué quedará para los vivos?". En la etnia wayuu es normal que los ancianos supervisen sus urnas, indiquen cómo debe ser la despedida, le consulten a los jóvenes. "Eso fue una enseñanza para mí. Nos parece bien que se respete a los extranjeros, su comida, pero a los pueblos indígenas, también: tienen su manera de pensar, sus casas, su medicina. Ahora es un derecho constitucional, no una concesión paternalista o asistencialista. Es una lucha muy dura, porque hemos sido incomprendidos; ha habido una política, desde hace muchos años, de desconocer el modo de vida y el pensamiento de los pueblos indígenas". Parte de la protesta callada de Pocaterra, de su conexión umbilical con los antepasados, es no renunciar a la tradición de la bata guajira con la que marcha presurosa por la capital.

Luz no es igual a desarrollo

Difícil papel el que juega Pocaterra con el tendido eléctrico Venezuela-Brasil y la oposición de los pemones: por un lado, adora a Chávez; por otro, es indígena e indigenista.

-Nosotros creemos que debe haber un diálogo directo. Nos consta que hubo un compás de espera, y a pesar de que se han tumbado las torres como mecanismo de protesta, no hay presos ni hubo maltratos físicos. Ahora, a esas 4 o 5 comunidades que no firmaron, hay que escucharlas. La mayoría estuvo de acuerdo, pero se trata de ver qué alegan ellos.

-¿En qué consiste su papel mediador?

-Propiciaré una reunión con el presidente Chávez, con el vicepresidente Rodríguez, para que los escuchen directamente, porque no somos nosotros -que no vivimos allí-, los que vamos a hablar por ellos. Lo que sí puedo decir con mucha propiedad es lo que traen los proyectos de desarrollo. ¿Por qué ahora hay wayuu que atracan y roban carros, cuando no era nuestra práctica? ¿Por qué los niños indígenas son huelepega? ¿Por qué los warao piden limosna? ¿Por qué decimos algunas mentiras, si eso era delito para nosotros? Son conductas aprendidas. Para los pueblos indígenas lo más importante son los valores éticos y morales. La concepción del desarrollo, para nosotros, no es precisamente los grandes edificios, esas obras. Ya no habrá tierras para cultivar.

-Eso puede ocurrir con el tendido.

-Claro. Si se van a poner hoteles, los indígenas no sabrán atender a los turistas, y los tendrán para lavar los baños, trapear y hacer cosas menores. La idea no es aislarnos o enguayucarnos. Que siga enguayucado el que esté enguayucado, pero no como hace años, cuando en el pueblo wayuu se perseguía a los hombres para que se pusieran pantalones, y era una gran mortificación porque les daba calor, les daba piquiña. Eso, y luego ves mujeres en revistas con trajes de baño que son como guayucos (risas).