Internet Source: El Nacional, January 4, 2001
Source URL (Archive.org): http://www.el-nacional.com/archive/result.asp?file=/archivedata/2001/01/04/pc3s1.htm&rest=Tierney
Epidemia de enfermedades respiratorias causó 12 muertes en la etnia yanomami
La falta de vacunación, de atención asistencial y la carencia de medicinas en Amazonas ha provocado un aumento de la mortalidad en la zona, según denunciaron 32 líderes indígenas. El Estado no ha cumplido el compromiso de dotar a los yanomami de un programa integral de salud, como había acordado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
ADRIANA CORTES
Luego de la polémica surgida en Venezuela en noviembre pasado, a raíz de la publicación del libro Oscuridad en El Dorado -publicado por el investigador Patrick Tierney- fueron muchos los nacionales y extranjeros que se dieron golpes de pecho frente a las terribles condiciones de salud y el abandono al que es sometido el pueblo yanomami, que décadas atrás dio origen a una mortal epidemia de sarampión. Hoy, esta controversia pareciera estar olvidada, cuando más de una decena de niños de esa etnia han muerto en las últimas semanas, como consecuencia de enfermedades infecciosas, emergencia ante la cual las autoridades de Salud del Amazonas no han respondido.
La sempiterna frustración del pueblo yanomami frente a la ceguera de la civilización occidental es, hoy por hoy, por partida triple: sus niños continúan muriendo por una epidemia en las vías respiratorias sin que les aporten medicinas ni asistencia médica, el Estado no ha cumplido su compromiso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de proveerles un programa integral de salud y, por último, los golpes de pecho que provocó el libro de Tierney cayeron -nuevamente- en terreno infértil.
Una carta firmada por 32 representantes indígenas de las comunidades yanomami que habitan en el Municipio Alto Orinoco de Amazonas y enviada a la Dirección Regional de Salud de ese estado revela la gravedad de esta situación, en la cual se denuncia un aumento de la mortalidad, como consecuencia de afecciones respiratorias en las comunidades de Mavaca y Ocamo, donde han fallecido al menos 10 niños desde octubre, y por lo menos 2 adultos.
"Esto tiene muy preocupado al pueblo yanomami que es el único afectado por este problema. Creemos que debe preocuparles también, ya que es uno de los responsables por la falta de medicinas. ¿Es que están esperando más muertes para hacer algo?", preguntan los líderes yanomami en su misiva.
La molestia de este pueblo radica en que la vacunación y el suministro de medicinas es cada vez más deficiente en la zona y no se tomaron las previsiones sanitarias del caso, dado que el descenso en la temperatura propio de los últimos meses del año aumenta la vulnerabilidad en el organismo de esta etnia. En las últimas semanas de 2000 se dieron una serie de casos de tos ferina, bronconeumonía y neumonía que terminaron fatalmente, por no contar siquiera con dosis mínimas de antibióticos.
Entre las quejas específicas de los líderes yanomami ante las autoridades regionales se encuentran, además de la falta de abastecimiento medicinal en los ambulatorios, el envío de vacunas vencidas y en cantidades insuficientes y la falta de transporte en esta zona, de por sí de difícil acceso.
Ante Washington Pero si la muerte de los niños y adultos en sí misma es de gravedad extrema, el conflicto podría traer más problemas para el Estado venezolano, dado que es la consecuencia de su propio incumplimiento ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, firmado en noviembre de 1999 en Washington.
En esa fecha, el Gobierno de Venezuela aceptó ante la CIDH su responsabilidad por la masacre de Hatximú, en la cual indígenas yanomami murieron a manos de garimpeiros en el Amazonas. Entre otras obligaciones, el Gobierno de Hugo Chávez asumió el diseño, financiamiento y puesta en marcha de un Programa Integral de Salud dirigido al pueblo yanomami, así como a destinar un presupuesto anual para la ejecución del programa adoptado. Pese a que el diseño concluyó en marzo de 2000, el Estado no ha puesto en marcha el plan de salud, con las consecuencias señaladas.
Por esta razón, el Vicariato Apostólico de Puerto Ayacucho y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional enviaron una comunicación ante el embajador Jorge Taiana, secretario ejecutivo de la CIDH, en la cual informaron del incumplimiento por parte del Ejecutivo venezolano, ente que a su vez transmitió la información a las autoridades en Caracas, exigiendo una solución y la concreción de los compromisos asumidos.
¿Esperanza inútil?
Entre los compromisos que asumió Venezuela ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en materia de salud con el pueblo yanomami se encuentra la construcción de infraestructura (nuevos ambulatorios y puestos de salud), la dotación de equipos médicos -incluidas medicinas- y la capacitación en medicina preventiva a miembros de la etnia.
Ninguno de estos puntos ha sido llevado a la realidad por el Gobierno venezolano, a pesar de que fuentes extraoficiales del Ministerio de Sanidad y Desarrollo Social aseguran que serán un hecho a partir de este año que comienza.
Tanto el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional como el Vicariato de Puerto Ayacucho aseguraron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que "los peticionarios queremos destacar la ausencia de participación o por lo menos de directrices mínimas por parte del gobierno central a las autoridades sanitarias de Amazonas en el diseño y elaboración del proyecto". Sus solicitudes fueron acogidas en Washington, desde donde han apurado al Gobierno venezolano al cumplimiento del compromiso.
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